Itto Ogami no logra encontrar a su hijo, así que pone talismanes en sitios estratégicos para que Daigoro pueda seguirlos, pero se encuentra con otros grupos con los que no pretendía toparse. Por otro lado, mientras padre e hijo se buscan, el pequeño cachorro vive un tiempo con una anciana, para quien las estrellas del cielo son las vidas de los humanos, y al ver caer la estrella de su hijo, ella también cae. Además, cuando la hambruna azota a los pueblos, las medidas desesperadas tanto de los guardianes como de los campesinos hacen que el ronin intervenga con valentía, pero sobre todo con honor. Un poema hacia la muerte es el mejor ejemplo de lo que puede hacer un samurái.